De sorpresa en sorpresa, ¡Phil Collins Live!

Por: Alejandro Juárez Gamero

¡Fue simplemente sorprendente! ¡Phil Collins entró al escenario del Palacio de los Deportes con paso lento, pero constante, y apoyado en un bastón rojo!

Su vestimenta era negra y portaba lentes de un aumento tal que seguramente le permitían ver a sus fans ubicados en los palcos más alejados del escenario.

La ovación con que fue recibido fue enorme y lo acompañó paso a paso hasta que llegó al frente del escenario donde procedió a sentarse en una silla giratoria, desde la que protagonizó todo el concierto, el octavo de la actual gira que inició el 22 de febrero en Río de Janeiro y que incluye México, Perú, Chile, Uruguay, Argentina y que concluirá en Puerto Rico el 23 de marzo.

Desde que se encendieron las luces del escenario fue notoria la ausencia del baterista Chester Thompson, quien acompañó a Phil Collins en diferentes escenarios por más de 30 años. Esa fue la segunda gran sorpresa de la noche.

Thompson fue sustituido por Nicholas, hijo de Phil Collins de apenas 16 años de edad, cuyo trabajo en la batería fue verdaderamente notable durante todo el concierto. Esta fue la tercera gran sorpresa.

Phil Collins fue desgranando los temas musicales más exitosos de su trayectoria. Abrió el concierto con Take a look at me now y el aplauso y la gritería comenzó al parejo.

Siguió calentando el ambiente con Another day in paradaise para luego sacar de su bolsa temas de su disco No Jacket Required.

La fuerza e intensidad del concierto la dieron los integrantes del grupo con el que Phil Collins forjó su prestigio, entre ellos los vocalistas Amy Keys, Arnold McCuller, Lamont Vanhook, Connie Jackson-Comegys; el bajista, Leland Sklar; los guitarristas Daryl Stuermer y Ronnie Caryl; el tecladista Brad Cole; el trompetista Harry Kim y el percusionista Luis Conte; con quienes ha compartido entre tres y cinco décadas de trabajo.

Phil Collins se estremecía inevitablemente en su silla al compás de los acordes de los temas interpretados, se reclinaba a la izquierda o a la derecha, movía sus pies al ritmo de la batería y cantaba con su voz característica haciendo que el público coreara una tras otra sus canciones.

Si, el título de su autobiografía es correcto: Not dead Yet.

Phil Collins sobrevive y tuvo el coraje de regresar a los escenarios al lograr sobreponerse a un grave problema en las vértebras cervicales, a la pérdida parcial del oído y a una complicada adicción al alcohol.

Si bien en el concierto se añoró su intervención en la batería y la vitalidad que lo llevaba a correr alrededor de los escenarios, la calidad y fuerza de su música invadió el espacio y comprobó una vez más su calidad como compositor y arreglista.

Queda para la posteridad la forma tan espectacular como, junto con Chester Thompson, inició un concierto que ofreció en París en el año 2004, en el que cada uno dio muestra de la maestría con que tocan la batería.

En ese entonces Phil Collins inició con un solo de batería que ganó de inmediato el entusiasmo del público y luego dio la alternativa a Thompson quien le responde con igual calidad para luego, a dueto, continuar tocando en una coordinación perfecta a la que se sumó el percusionista Luis Conte, haciendo un tercio magnífico, inigualable, para finalmente dar paso al tema Something Happened On The Way To Heaven, en una explosión de luz y sonido espectaculares.

Pero ahora, en el Palacio de los Deportes no importaba que estuviera sentado, la apuesta no era a su figura sino a su talento, a su creatividad, a su trabajo y así fue reconocido por el público durante todo el concierto.

Era imposible no moverse al ritmo de los acordes de su música, de sus melodías contagiosas, de la música de su banda perfectamente sincronizada en la ejecución, imposible no reconocer el trabajo musical, el estilo e innovación que han caracterizado su trabajo.

Su música tiene obviamente un impacto en quienes eran jóvenes en los 70´s pero también en los adolescentes actuales como se demostró en los conciertos que ofreció en el Palacio de los Deportes, en los que se dio esa combinación interesante de generaciones.

Phil Collins cuenta con una trayectoria muy amplia, su carrera la inició muy joven y se consolidó a partir de los años 70. En esa década se integró al legendario grupo Génesis encabezado por Peter Gabriel.

El trabajo de Phil Collins también ha estado en medio de la polémica. Fue duramente criticado sobre todo después de la desintegración del grupo Génesis.

Pero más allá de esto se debe reconocer la creatividad e innovación que han caracterizado su trabajo creativo influenciado por estilos como el Soul, el Rhythm and blues, el Rock, el Funk y el sonido Motown.

Una muestra lustrosa de ello está en el disco Phil Collins going back, que salió a la venta en 2010 bajo el sello de Atlantic Records. Los trabajos ahí incluidos muestran su versatilidad para interpretar esa gran variedad de estilos musicales.

El disco es una remembranza homenaje a quienes lo influenciaron en su aproximación a la música, entre ellos Marvin Gaye; The Supremes; Martha and the Vandellas; The Temptations; The Ronettes, entre muchos otros y otras.

Es indiscutible que todos y cada uno de los estilos musicales mencionados tarde o temprano se reconocen en sus diferentes discos, que podrán estar plagados, como dicen sus críticos, de letras que reflejan su vida. Sin embargo, para muchos sus composiciones tienen valor por ello o porque son evocativas de una época, o porque simplemente les gusta su música.

Collins es un compositor en toda la extensión de la palabra y de una gran versatilidad, baste mencionar como ejemplo el trabajo realizado con su Big Band, que integró en 1996, y con la que realizó giras por Estados Unidos y Europa, acompañado en la conducción ni más ni menos que por Quincy Jones y con Tony Bennett como vocalista invitado.

La Big Band de Phil Collins tiene una sonoridad de una calidad inigualable. Para lograrlo se rodeó de músicos espléndidos con quienes interpretó con gran maestría a ritmo de jazz o swing temas de su creación como Sussudio, Invisible touch o I don´t care anymore.

Pese a la crítica en su contra Phil Collins ha vendido por lo menos cien millones de copias. Es el artista de la década de los 80 que más temas colocó en el Top 40 del Reino Unido. Tuvo tres temas número 1 en ese país, a saber: Easy lover; You can’t hurry love y Take a look at me now; así como siete número 1 en la lista de Billboard de Estados Unidos.

Entre sus éxitos, que podrían definirse como globales, están: One more night; Separate lives; Two hearts; Another day in paradise; I wish it would rain down; Both sides of the story y Dance into the light, entre otros.

En su haber cuenta además con un buen número de premios Grammy e incluso un Oscar por mejor canción original por You will be in my heart, eso sin contar los premio Billboard o MTV que ha recibido, entre muchos otros.

Antes de iniciar la gira actual Phil Collins declaró: “había pensado que me retiraría silenciosamente, pero gracias a los fans, a mi familia y al apoyo de algunos artistas extraordinarios he redescubierto mi pasión por la música y por presentarme en vivo. Es tiempo de que lo haga nuevamente y estoy muy emocionado. Simplemente se siente bien”.

No, Collins no se retirará en silencio, él creo un estilo sonoro que ha influenciado a artistas del pop contemporáneo y que seguirá hablando por él durante mucho, mucho, tiempo.


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